27/8/09

La mano de la estatua

La mano de la estatua, la estatua de un general o de un artista, está extendida... no para dar la bienvenida al sol y la lluvia, o a los soldados de antaño y los admiradores de hoy. La mano de la estatua está extendida como la de un mendigo aristocrático que pidiera una limosna a los transeúntes, no para salir adelante... sino para pagar los gastos de la eternidad. Pero no tiene suerte la mano extendida de granito, no tiene suerte en absoluto, todo lo que consigue es un ramo de rosas que un hombre ha regalado a una mujer... ¡y que ella ha dejado al pie de la estatua!

Mahmud Darwix: La huella de la mariposa (Ázar al-faracha, Beirut, Riad El-Rayyes, 2008)

Traducción de Luz Gómez García

1 comentario:

Anónimo dijo...

Extraordinario blog, no salgo de mi asombro.

NE