lo celestial oculto. Aquí estoy, midiendo
con las muallaqas de los yahilíes la distancia... y la ausencia es
la medida, la medida. Para cada rima he levantado
una jaima. Para cada cosa expuesta al viento
una rima. La ausencia me enseña su lección: «De no haber sido
por el espejismo, no habrías resistido...» En el vacío,
extraje una letra de antiguos alfabetos
y me apoyé en la ausencia. ¿Quién soy después
de la visita? ¿Un pájaro o un transeúnte entre símbolos
y vendedores de recuerdos? Como un resto arqueológico,
como un espectro infiltrado de Jebús, me dije:
Vayamos a las siete colinas. Dejé
mi máscara sobre una piedra y eché a andar como caminan
los soñadores, guiado por mi sueño. Salté de una luna
a otra. Aquí hay inconsciente de sobra
para que los objetos se liberen de su historia. Hay
historia de sobra para que el inconsciente se libere
de su mirach. «Llévame a nuestros años
primeros» —me dijo mi primera novia—. «Deja
la ventana abierta para que el gorrión entre
en tu sueño...» Me despierto y no hay ciudad
en la ciudad. No hay «aquí» sino «allí». No hay
allí salvo aquí. De no haber sido por el espejismo
no habría ido a las siete colinas...
¡De no haber sido por el espejismo!
Mahmud Darwix: No te excuses (La ta'tadiru 'an ma fa'alta), Beirut, Riad El-Rayyes, 2004
Traducción de Luz Gómez García
Y en memoria de la Nakba, que se conmemora el próximo domingo, 15 de mayo. Año 63 de la Desposesión.
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