27/4/09

A mi madre, por Khalife/Darwix



Si hay un poema célebre de Mahmud Darwix, es éste. Célebre en el sentido de poseído por sus lectores, de transformado en memoria personal y colectiva por los palestinos y aun por muchos árabes. Convertido en himno nacional y nacionalista (la madre = la tierra), Darwix defendía su absoluta inocencia poética al componerlo: se trataba tan sólo, sorprendentemente, ¡de un poema a su madre!, escrito en la cárcel en un paquete de cigarrillos, y reivindicaba su derecho a que fuera sólo eso. Como decía Freud, a veces una violeta es sólo una violeta.
Darwix escribió “A mi madre” (إلى أمّي) en 1966. Marcel Khalife lo musicó en su disco Promises of the Storm (1976).

A MI MADRE

Añoro el pan de mi madre,
el café de mi madre,
las caricias de mi madre…
Día tras día
en mí crece la infancia
y amo mi vida, pues
de morir
me avergonzarían las lágrimas
de mi madre.

Haz de mí, si vuelvo un día,
chal para tus pestañas,
cubre mis huesos con hierba
bautizada por tus puros talones,
átame
con un mechón de tus cabellos…
con una hebra del bordado de tu vestido…
Puede que me convierta en un dios,
que en un dios me convierta
si toco el fondo de tu corazón.

Ponme, si es que regreso,
como leña en la lumbre de tu fuego,
como cuerda de tender en la azotea de casa,
porque no puedo levantarme
sin tu oración de cada día.
He envejecido, devuélveme las estrellas de la infancia
para que comparta
con los pájaros más pequeños
la senda de regreso
al nido en que aguardas.

Traducción de Luz Gómez García

(Mahmud Darwix: Poesía escogida (1966-2005), Valencia, Pre-Textos, 2008)

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