17/6/09

Ella/Él

ELLA: ¿Has conocido el amor?
ÉL: Cuando llega el invierno, siento que algo
ausente me arrebata, le doy un
nombre, cualquier nombre, y olvido...
ELLA: ¿Qué olvidas? ¡Dímelo!
ÉL: El temblor de la fiebre y el delirio
bajo las sábanas, sollozando: ¡Arrópame,
arrópame!
ELLA: No es de amor de lo que hablas.
ÉL: No es de amor de lo que hablo.
ELLA: ¿Has sentido deseos de vivir
la muerte en brazos de una mujer?
ÉL: Cuando se cumplía la ausencia, yo me hacía presente...
la distancia se quebraba, la muerte abrazaba a la vida
y la vida a la muerte... como dos amantes.
ELLA: ¿Y después?
ÉL: ¿Después?
ELLA: Fuisteis uno, tú no distinguías tus manos
de las suyas, y os evaporasteis como una nube azul,
sin saber si erais dos cuerpos... o dos fantasmas o...
ÉL: ¿Quién era la hembra, metáfora de la tierra?
¿Quién el macho-cielo?
ELLA: Así empezaban las canciones de amor. Entonces ¡sí
has conocido el amor!
ÉL: Cuando se cumplía la presencia
y se domesticaba lo desconocido...
yo me ausentaba.
ELLA: Es invierno. Tal vez
yo me haya convertido en tu pasado preferido
en invierno.
ÉL: Tal vez... Hasta la vista entonces.
ELLA: Tal vez... ¡Hasta la vista!

De Como la flor del almendro o allende (Ka-zahr al-lauz au abd, Beirut, Riad El-Rayyes, 2005)

Traducción de Luz Gómez García

1 comentario:

Anónimo dijo...

Gracias y ... hasta la vista.