El exilio no es un viaje de ida y vuelta, ni residir en la nostalgia. Quizá sea una visita, esperar a ver qué hace el tiempo con uno, salir de uno mismo hacia los demás para conocerse y congeniar o para que lo propio se encierre en su caparazón. Cada exilio tiene su carácter, cada exiliado sus características. El exilio es un ejercicio de reflexión sobre lo que no tienes, estupor por no tenerlo. El exilio educa el cuerpo, te fascina la belleza de la forma, aunque el significado sea parcial, pues plenitud es la conciencia de que falta algo. Estatuas que glorifican el pasado, estatuas que aspiran a dar el salto del sentimiento de identidad a la identidad del sentimiento, estatuas que liberan al mañana de tener que ser bello y a la naturaleza del férreo sistema de la imaginación. Nada supera a la belleza. Pero tú, que en el fondo eres un campesino, estás de parte de los árboles que se reflejan en el río, de las palomas aeroterrestres, y te demoras largo rato junto a un lirio que crece, solitario, fuera de la maceta... no porque sea, como tú, una especie rara, sino porque se apoya en sí mismo para crecer desvalido. El exilio es el viaje del poeta en el poema, un viaje dentro del viaje, pero el lenguaje metafórico siempre vuelve la vista atrás.
Y mirar hacia atrás, como es sabido, es uno de los atributos del exilio /
Mahmud Darwix: En presencia de la ausencia (Fi hadrat al-giyab, Beirut, Riad El-Rayyes, 2006)
1 comentario:
Un viento misionero sacude las persianas
no sé qué jueves trae
no sé qué noche lleva
ni siquiera el dialecto que propone
creo reconocer endechas rotas
trocitos de hurras
y batir de palmas
pero todo se mezcla en un aullido
que también puede ser deleite o salmo
el viento bate franjas de aluminio
llega de no sé dónde a no sé dónde
y en ese rumbo enigma soy apenas
una escala precaria y momentánea
no abro hospitalidad
no ofrezco resistencia
simplemente lo escucho
arrinconado
mientras en el recinto vuelan nombres
papeles y cenizas
después se posarán en su baldosa
en su alegre centímetro
en su lástima
ahora vuelan cómo barriletes
como murciélagos como hojas
lo curioso lo absurdo es que a pesar
de que aguardo mensajes y pregones
de todas las memorias y de todos
los puntos cardinales
lo raro lo increíble es que a pesar
de mi desamparada expectativa
no sé qué dice el viento del exilio.
Mario Benedetti, "Viento del exilio"
(la universalidad, de orilla a orilla)
Gracias por este precioso fragmento.
Publicar un comentario