Jamás aceptaré la «solución pacífica»
hasta arriarles a ellos de mi tierra
y que se postren ante el futuro.
Resístete, pueblo mío, resiste.
Resiste a la codicia de los colonos,
haz trizas una Constitución vergonzante
que solo ha traído sometimiento y humillación,
Resístete, pueblo mío, resiste.
a Hadil la mataron en la calle,
le dispararon a la luz del día;
a Muhammad le sacaron los ojos,
le marcaron
el cuerpo
con el hierro de su odio;
a Ali
le prendieron fuego,
quemaron en su cuna la esperanza.
Resiste a la vileza de los soplones,
no prestes oídos a los esbirros
que nos ataron a la ilusión de la paz.
Que no te aterrorice el fuego de los Merkava,
lo tuyo es resistir en una tierra
que ha vivido invasiones y desinvasiones.
Ali clama desde su tumba:
—Resiste, pueblo mío rebelde,
que yo sea la prosa de la revolución.
Tú serás la respuesta de mis despojos.
Resiste pueblo mío, resístete.